Las empresas de aseo y de energía, ¿Prestan un servicio público?


Por: Clara Inés Chaves R.(*)

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Se viene presentando en Tocaima un problema relacionado con lo que debe de significar la buena prestación del servicio público por parte de la empresa de aseo y de la empresa de energía ENEL, quienes facturan de manera costosa y además el servicio que estas entidades prestan, es bastante deficiente, desvirtuando de esta manera el verdadero sentido de lo que debe de ser el servicio público.

Por su parte, la comunidad tiene dificultades con la empresa de energía para presentar sus reclamaciones debido a que esta, no cuenta con una oficina de planta en el municipio.

Vale la pena recordar que los servicios públicos en general son importantes y realizan un papel esencial en el desarrollo económico y social en los territorios, municipios y en el país en general.

Esta clase de servicios deben prestarse con alta calidad, pues juegan un papel importante en la erradicación efectiva de la pobreza y en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.

Es imperante un cambio de mentalidad para que se genere una cultura de calidad en cada actividad que se realice tanto en el ámbito privado como también en el institucional, teniendo en cuenta que frente al tema público, los funcionarios del estado son servidores públicos, y en tal sentido deben ser conscientes de esta condición, pues tienen una obligación especifica de cumplir con esta función de manera seria, responsable y con equidad.

Por prevalecer en el servicio público el interés colectivo, se hace urgente que exista en el municipio una oficina de ENEL que dé solución a las distintas problemáticas que se presentan.

Tanto la empresa de energía como la de aseo en Tocaima, brindan un servicio público en representación del Estado, por lo que conlleva implícita una responsabilidad por parte de estas entidades en la prestación rápida, oportuna y de calidad que estos servicios.

La calidad del servicio debe ser la condición por excelencia, y esta tiene relación directa con el costo de las facturas, pero en el caso de estas empresas, no hay una relación justa entre el costo del servicio y la calidad del mismo, por lo que es un tema que urge arreglar, puesto que la calidad es deficiente y el costo es alto.

En este sentido se están violando los principios que rigen el servicio público como lo son, la legalidad, calidad, transparencia, eficiencia, eficacia, respeto, probidad y lealtad a la institucionalidad y a los ciudadanos.

Al referirme a la calidad en la gestión pública, vale la pena mencionar lo dicho por el profesor Alvarenga en el CLAD (Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo), que dice: se debe entender por calidad, como una “cultura transformadora que impulsa a la Administración Pública a su mejora permanente para satisfacer cabalmente las necesidades y expectativas de la ciudadanía con justicia, equidad, objetividad y eficiencia en el uso de los recursos públicos”.

Por ser el servicio público una actividad dirigida a satisfacer una necesidad colectiva específica, a través de prestaciones puntuales por parte del Estado, o de particulares o de ambos, como es en el caso de las empresas de aseo y de ENEL, quienes están sujetos a un régimen jurídico que les atribuye adecuación, regularidad y uniformidad, con fines sociales, urge, que se establezca una oficina de ENEL en el municipio, y que la administración local como representante del ejecutivo y de la comunidad resuelva la problemática que la sociedad civil viene presentando no solo con las tarifas de aseo y energía, sino con la calidad del servicio que brinda estas dos empresas, solo así se construye país.

(*) Ex diplomática



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