Opinión.
Por Javier Montaño Guzmán
editor@tocaimanoticias.com.co
Estado actual de la mítica 'Piscina Olímpica'
Acompáñenme a ver esta triste historia.
‘Olímpica’ era su nombre, así la llamábamos y realmente no sabemos del por qué
(si ustedes saben déjenlo en los comentarios). La principal hipótesis, es que
era por su amplia piscina, pero no hay datos concretos de los cuales podamos hacer
precisiones. Los que nacieron después del 2000 quizás no tengan idea de lo que estoy
escribiendo, pero déjenme decirles que era un bello lugar, lleno de experiencias,
buenas o malas, pero finalmente un agradable sitio para pasar el rato con
amigos y familia.
La `Olímpica’, quedaba aproximadamente en el
km. 3 vía Tocaima-Jerusalén, después del balneario El Gran Pozo y era un lugar
propicio para mostrar aptitudes en natación, que no se podía presentar en una piscina
convencional. Muchos llegaban a pie, otros en bicicleta, todos con un destino. Semana tras semana se podía ver el lugar lleno de residentes y turistas y para quienes
éramos del municipio la entrada costaba 2.000 pesos niños y 5.000 pesos adulto (o eso recuerdo), pero
muchas veces entrabamos gratis por el ‘embolate’ que se formaba por la gran
afluencia de personas.
Trataré de describir el lugar, espero que los
‘vieja escuela’ no me sacrifiquen. Ésta era una piscina-quebrada, ya que el
agua era extraída de un rio aledaño. Su color era verde y aunque parecía estar
sucia, no lo estaba, salvo cuando los administradores se descuidaban se podía
apreciar ranas alrededor de la misma. La piscina era profunda y quizás muchos
pensaban que expulsaba malos olores, pero no era así. Lo que más llamaba la
atención y posiblemente muchos argumenten que el adjetivo ‘olímpica’ provenga
de sus tres majestuosos e intimidantes “trampolines”, que finalmente eran tres
pedazos de manera.
Ahí se sabía quién era quien, cuando subíamos a
estos trampolines y decidíamos si del primero, del segundo o del TERCERO.
Muchos se quemaron la piel (la espalda o el pecho) saltando desde el tercer
trampolín en patéticos intentos por sorprender a sus acompañantes. Otros
intentaban cruzar la piscina de extremo a extremo por debajo del agua. El lugar tenía sitios artesanales para dejar la utilería, maletas y los medios de transporte.
Hubo un tiempo donde se podía ver como
familias enteras llegaban en sus automóviles, en lo que llamábamos ‘paseos de
olla’ y ahí pasaban su tarde, felices y contentos. No tengo conocimiento desde
que fecha este lugar cayó en detrimento, pero hoy lo podemos ver así.
Totalmente abandonado, con la maleza al tope y
a lo mejor, en algunos años irreconocible. De los dueños sé poco y de sus
razones para abandonar este bonito lugar. Hoy albergamos agradables
recuerdos y experiencias. En redes sociales pueden encontrar fotos y videos
de los años maravillosos de la ‘Piscina Olímpica’, de la cual, solo queda
el recuerdo.
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