El Político y el Politiquero

Los políticos criollos han degenerado en extremo la palabra política y hoy la misma es sinónimo de bribonadas, viveza, engaño, falacia, deshonestidad, inmoralidad, traición, mentira, incumplimiento, deshonor, etc. Dicha opinión está tan afincada en la mente de los tocaimunos, que en días pasados, sorprendidos y estupefactos, vimos a varios "líderes" tomar provecho de actividades institucionales para llevar a cabo su campaña, etc. ¡Hasta dónde hemos llegado!.

Nosotros consideramos que como en Tocaima han abundado y abundan los politiqueros y no los políticos, muchos piensan que aquellos son los triunfadores, pues por su astucia y bellaquería siempre están en la papa y sin tomar en consideración indispensables principios éticos. El politiquero habla de cuestiones políticas sin necesidad o sin capacidad para ello, y con sus acciones bastardea los fines de la actuación de la política. Ellos han invertido los verdaderos valores de nuestra sociedad, corrompiendo y envenenando la conciencia local.

El político es el que tiene principios y el que cree y defiende la ideología donde los sustenta. Es aquel que mantiene criterios morales que le permiten siempre estar con la verdad y la honestidad. Es el que tiene como mira los objetivos que persiguen el bienestar común, los intereses de la colectividad y no el interés personal o de un pequeño grupo. Es aquel que actúa pensando en la futuras generaciones y no en las próximas elecciones. El político es el que respeta la voluntad popular y el que estaría siempre dispuesto a dar hasta la última gota de su sangre para que ésta jamás sea burlada. El político es altruista y ecuánime, justo y correcto, decente y amante de la justicia. Ama a su Patria, defiende su independencia y está dispuesto hasta ofrecer su vida por su plena soberanía.

El politiquero es perseguidor y vengativo, embustero y arrastrado, demagogo y falaz, indigno y servil, hipócrita e intrigante, chanchullero y sinvergüenza. Es un enano mental y moral que no cumple con su palabra ni con las promesas. Un electorero que aparece cada cinco años con las mismas mentiras a embaucar a un pueblo que ansioso espera mejores días. El politiquero practica el nepotismo, la corrupción y la traición. Es capaz de vender la municipio o entregársela al invasor.

Ejemplo de un politiquero auténtico, es aquel que a pesar de pertenecer a un partiducho, logra a base de vivezas y componendas, colocar a toda su familia en la planilla oficial, ocupando direcciones nacionales y embajadas importantes en el exterior.

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