Acompáñenme a ver esta triste historia… Cuantos de nosotros quisiéramos
tener una varita mágica y poder cambiar las malas costumbres que no, nos dejan
crecer como comunidad; y es que el colombiano sí que tiene malas costumbres.
Muchos se sienten orgullosos de la famosa ‘malicia indígena’, la cual es la
simple viveza de la persona, para bien o para mal (aunque más para mal) el
colombiano se enorgullece de tener esta malicia indígena en su sangre. Las
calumnias y las injurias son de esas pésimas costumbres que tenemos los
colombianos, estas dos “practicas”, se prestan para todas las situaciones,
desde la mujer que habla mal de otra mujer, pasando por el compañero de estudio
o de trabajo y finalizando en el politiquero que habla mal de su adversario
para sacar provecho de esto. Ustedes son testigos; y es que para estas fechas
los ambientes apuntan para un solo sentido y es poder ser concejal o ser
alcalde y el que se atraviese en nuestro
camino, o que no este de nuestro lado, automáticamente es un enemigo político.
Este es el panorama que cada cuatro años se vive en cada
municipio de este bello país, un ambiente hostil y muy desagradable. Hasta ahí ‘todo
bien’ como dice el ‘Pibe’. El problema en la actualidad, es que tenemos
plataformas digitales para todo mundo, gratis y asequibles para cualquier
persona que con un simple celular y acceso básico a internet. Esto muchas
personas lo llaman “libertad”, y en buena parte lo es. Pero ese es el mayor
defecto de la democracia, darles el poder a personas que no lo saben aprovechar
para el bien. Para estas fechas a vísperas de elecciones, la proliferación de
perfiles falsos es alarmante. Algo tenemos claro: una persona que crea un
perfil falso, no tiene buenas intenciones y en el caso de Tocaima, estos
perfiles abundan como aquel político que hoy es tu amigo y mañana es un
desconocido.
Es bueno hacer críticas, constructivas por supuesto, pero
como dice el adagio popular “de frente como los machos”, decir: “yo fulano no
estoy de acuerdo con usted, por esto y aquello”, y esa opinión se debe
respetar. Pero no se debe ganar el aplauso gratis por medio de nombres falsos y
escudándose detrás de una pantalla para expresar alguna inconformidad como un
completo cobarde.
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