La historia de Tocaima está llena de invasiones, leyendas y
mitos. Historias que se cuentan desde antes del descubrimiento de América en
1492 y que nacen desde cuando los bravíos y guerreros indios de la nación
caribe llegaron del Brasil a territorio colombianos, a través de distintas
rutas.
Caminos que aún guardan con recelo los padecimientos y las
duras exigencias de una lenta y agónica travesía. En esta primera etapa
tocaimuna, el aborigen luchó para sobrevivir en una zona inhóspita rodeada de
manglares, pantanos y del majestuoso río Magdalena. Allí sólo reinaban las
fieras y los reptiles.
Según los cronistas, tan largos fueron los trayectos como
los mismos años de duración, que se supone fueron suficientes para cobrar vidas
de generaciones, cuyos restos iban quedando a la margen del complicado camino.
El municipio cumple 452 años este 20 de marzo. La llaman la
Ciudad Salud de Colombia porque sus aguas azufradas y su clima traen alivio.
Sus cálidas tierras fueron visitadas en tres oportunidades
por el libertador Simón Bolívar y fue el último lecho del general Antonio Obando,
prócer de la independencia.
El 8 de mayo de 1884 murió en esa ciudad el ex presidente de
la República José Eusebio Otálora y durante la guerra de los Mil Días se
registraron hechos de armas en su plaza principal. En febrero de 1901 fue
tomada por el general Celso Ramón, quien peleaba contra el general Nicolás
Perdomo.
Su primera notaría fue destruida luego por un incendio el 17
de septiembre de 1904 y en 1919 la ciudad casi es arrasada por otro incendio en
su alumbrado eléctrico.
Tocaima es la única ciudad de Cundinamarca que tiene título
y escudo de armas dados por el Rey de España. Su fama de tierra aguerrida y
pujante le merecieron ese otorgamiento por Carlos V, mediante real Cédula de
Valladolid del 7 de febrero de 1549.
La noble e hidalga localidad de San Dionisio de los
Caballeros, Tocaima, está situada al suroccidente de Bogotá y ella se puede
llegar por las vías Mosquera-La Mesa-Anapoima-Apulo- Tocaima;
Bogotá-Soacha-Salto del Tequendama-El Colegio-Viotá-Tocaima; Bogotá-Melgar-Agua
de Dios-Tocaima; Bogotá-Melgar-Girardot-Tocaima y por Jerusalén-Cambao-Guataquí-Tocaima.
La ciudad ha soportado los desbordamientos del río Bogotá y
los largos y candentes veranos. No pocas veces su economía agropecuaria fue
arrasada pero siempre ha vuelto a germinar.
Link original: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-335088
Nota realizada por El periódico El Tiempo.
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